Es normal tener miedo al parto cuando se acerca la fecha. Pueden despertarse diferentes tipos de miedos.
Uno de los que más frecuentes se observan es a no poder soportar el dolor. Es importante saber que existen métodos para aliviarlo. Si queremos un parto medicalizado, podemos pedir anestesia epidural y sino existen métodos naturales como la aromaterapia, la respiración, la hidroterapia, practicar diferentes posturas, masajes, la hipnosis (hipnoparto),…
Prepararnos para el parto (tanto si queremos anestesia como si no) practicando estos métodos y acudiendo a grupos con otras embarazadas, puede ayudarnos a enfrentar el parto con menor ansiedad, lo que ayudará a que éste transcurra con normalidad, ya que nuestro cuerpo sabe cómo parir, pues es un proceso natural.

También podemos tener miedo a que algo salga mal y le pase algo al bebé o a nosotras mismas. Ciertamente, no tenemos el control de lo que puede pasar en la vida, ni en la situación de parto ni en ninguna otra. Sin embargo, debemos pensar que determinadas problemáticas solo ocurren en un pequeño porcentaje de casos y confiar en que si surgieran complicaciones, el personal que nos atienda podrá resolverlas.
Si el miedo al parto no genera mucho malestar, podemos acudir a un psicólogo/a perinatal para trabajarlo.
Por otra parte, un aspecto que genera malestar en relación al parto son nuestras expectativas. Es normal que imaginemos cómo nos gustaría que fuese nuestro parto y, obviamente, lo imaginamos de una manera ideal. Sin embargo, muchas veces la realidad choca con estas expectativas. Por ejemplo podemos querer un parto vaginal pero por alguna circunstancia acaba teniendo que ser cesárea o no queríamos anestesia pero en el último momento vemos que no aguantamos el dolor. Es natural sentirnos frustradas, pero conviene recordar que lo importante en ese día es que vamos a conocer a nuestra criatura, sea de la manera que sea y que lo fundamental es la seguridad de ella y de nosotras