El paso a dormir solo en su habitación y ya no estar tan cerquita de los padres, con quienes se sienten protegidos y seguros,  puede despertar miedos y resistencia en los niños, lo cual es completamente normal. Lo fundamental es escucharlos y validar sus sentimientos.

Algunos consejos para facilitar esta transición son los siguientes:

-Según qué edad tenga el niño/a, podemos motivarle a ir a su habitación, dejando que decida de qué color pintarla o qué muebles poner.  Si este cambio es por el nacimiento de un hermanito/a, es importante hacerlo meses antes de la llegada del bebé.

-Crear un ambiente tranquilo y acogedor, tanto con la decoración de la habitación como en las rutinas que establezcamos para acompañarlos hasta que se duerman. Podemos cantarles y acunarles, leerles cuentos o poemas o utilizar técnicas de relajación. Poco a poco lo irán interiorizando y aprenderán a dormirse solos/as.

-Pasar tiempo en su habitación durante el día le ayudará a acostumbrarse a ella y a sentirse cómodo/a en este espacio.

-Tener cerca su peluche favorito también puede brindarle seguridad para no sentirse solo/a (objeto transicional)

-En ocasiones, puede ir bien hacerlo de manera progresiva. Puede quedarse alguien con el niño/a hasta que se duerma e irse retirando de manera progresiva para que se vayan acostumbrando a dormir si la presencia física de sus progenitores

-Transmitir que estáis disponibles si necesitan algo durante la noche. Y si se despierta y reclama vuestra atención, mejor ir a calmarle a su cama.

-Y, sobre todo, tener paciencia y reconocer los avances, ayudándole a qué reflexione sobre cómo se siente al estar logrando afrontar sus miedos y consiguiendo dormir solito/a para que pueda felicitarse a sí mismo/a y reforzar su autoestima, confianza y motivación.

Y si necesitáis acompañamiento en este proceso, reservad vuestra cita.