El Baby Led Weaning (BLW), alimentación autoregulada o alimentación complementaria dirigida por el bebé  es una opción muy beneficiosa para nuestras criaturas y cada vez opta por ella un mayor número de personas. Se trata de ofrecer trocitos en lugar de comida triturada ya desde el inicio de la alimentación (sobre los 6 meses).

Así, permitiremos que el bebé participe de manera más activa en su alimentación, confiando en sus instintos y habilidades para explorar diferentes alimentos y le ayudaremos en el  desarrollo de  su autonomía.

El BLW aporta múltiples beneficios. No obstante, es importante que cada familia se sienta libre de elegir el método que mejor se adapte a sus necesidades y las de su criatura.

Si se opta por el BLW, es normal que aparezcan miedos. Uno de los más comunes es al atragantamiento.

Para abordar este miedo, es interesante realizar un curso de primeros auxilios en bebés (normalmente los ofrecen en los grupos de postparto de nuestro centro médico de referencia). Eso nos dará seguridad al ver que sabemos cómo tendríamos que actuar si hubiese algún problema.

Es cierto que el bebé puede atragantarse, tanto con alimentos como con otros objetos que a la que nos descuidamos se lleva a la boca. Sin embargo, ofreciéndole alimentos seguros y siguiendo todas las recomendaciones (esperando a que reúna todos los requisitos para iniciar BLW y sentándole erguido en su trona ), en realidad le ayudaremos a aprender a manejar sólidos. Y, seguramente, nos sorprenderá la capacidad de su cuerpecito para gestionar los trozos. Es probable que, a veces, aparezcan arcadas, pero es fundamental mantener la calma y no transmitirle nuestro nerviosismo a la criatura. La arcada es un mecanismo de defensa de nuestro cuerpo que, al notar un objeto con textura o tamaño desconocido, envía una alerta al cerebro para producir la arcada y alejar este objeto de las vías respiratorias. Poco a poco irá aprendiendo a moler los alimentos.

También suelen aparecer miedos relacionados con si el bebé estará tomando suficiente alimento. En realidad, los niños están naturalmente preparados para autoregular su ingesta. Su cuerpo sabe cuánta cantidad necesita.

Además el exponer al bebé a una amplia variedad de alimentos, con diferentes olores, texturas, sabores, etc (en lugar de estar todo mezclado en la papilla), le ayuda a desarrollar su paladar, promoviendo una mayor aceptación de alimentos saludables en el futuro.

Por otra parte, al dejar que el bebé controle su propia ingesta, se evita la presión por comer y se fomenta una actitud positiva hacia la alimentación.

Otro de los miedos suele ser el agobio por la limpieza posterior. Para ello existen muchos tipos de baberos y tronas especiales que pueden ponérnoslo más fácil para no estresarnos y centrarnos en el disfrute y el aprendizaje del bebé. Seguro que pronto veremos avances en sus habilidades motoras y se irán ensuciando cada vez menos. Mientras tanto, podéis aprovechar para hacer fotos y vídeos de lo más divertido.

¿Qué me decís? Os animáis con el BLW?

Y si necesitáis acompañamiento con este o cualquier otro tema relacionado con la crianza, reservad vuestra cita.