Si quieres saber cómo dejar de sobrepensar, no te pierdas este artículo donde te voy a contar algunas cositas que puedes hacer para detener este patrón mental y empezar a disfrutar un poco más del presente.

¿Qué es eso de sobrepensar y cómo afecta a tu vida?

El sobrepensamiento, o rumiación mental, es como tener una fiesta en tu cabeza a la que no fuiste invitado, pero de la que no puedes salir. Si alguna vez te has encontrado pensando en lo que dijiste en esa reunión de hace 3 semanas o repitiendo una conversación imaginaria 27 veces, ¡bienvenido al club de los sobrepensantes!

El sobrepensamiento es como tomar una pequeña preocupación y convertirla en una saga épica, digna de una trilogía de películas. Piensas en todo lo que podría salir mal, en todas las posibles consecuencias, en lo que fulanito podría pensar de ti, y antes de que te des cuenta, estás protagonizando tu propia telenovela mental.

Esto va acompañado, obviamente, de ansiedad, estrés y dificultad para decidir incluso si hoy te pones o no azúcar en el café. Y, claro, cuando estamos atrapados en este ciclo, acabamos desconectados del momento presente y de nuestras verdaderas necesidades y emociones (vaya, que no nos enteramos de nada).

Consecuencias de sobrepensar

Una sesión de Terapia Gestalt puede dividirse en varias fases:

  1. Agotamiento mental: Porque ser el protagonista, guionista y director de tu propia película mental cansa… Y encima, ver una y otra vez la misma, ni te cuento. Acabas queriendo que te pete la cabeza y te parece percibir el humo saliendo de tu cerebro. Vaya, que así imposible concentrarte ni tomar ningún tipo de decisión.
  2. Estrés crónico: Cuanto más piensas, más te estresas, y cuanto más te estresas, más piensas. ¡Es como un perro persiguiendo su cola! Y ahí vas, invitando a tu cuerpo a chupitos y chupitos de cortisol (la hormona del estrés) que va mermando tu salud física y mental.
  3. Parálisis por análisis: Llegas a un punto en que el miedo a tomar una mala decisión te hace dudar de todo y ya no sabes si ir a la derecha, a la izquierda o simplemente tirarte al suelo y hacer la posición fetal.

¿Cómo puede ayudarte la terapia para dejar de sobrepensar?

En terapia te ayudaré a tomar conciencia de tus pensamientos, emociones y comportamientos en el momento presente. Desde el enfoque terapéutico con el que trabajo se promueve la integración de la mente y el cuerpo (para algo tenemos un cuello que une nuestra cabeza con el resto del cuerpo, aunque a veces se nos olvide que hay vida más abajo de ese cuello). Esta integración facilita el desarrollo de una conciencia plena y reduce el sobre pensamiento. Trabajamos el que aprendas a situarte en el aquí y ahora y dejes de darle tantas vueltas a las cosas porque, seamos sinceras, si sigues así, te mareas.

Te comparto algunas técnicas para dejar de sobrepensar y empezar a vivir como si no tuvieras 20 pestañas abiertas.

  1. Conciencia plena (mindfulness): La conciencia plena es como poner el cerebro en «modo avión». Se trata de prestar atención al momento presente  sin juzgar ni interpretar lo que ocurre, no permitiendo que los pensamientos te secuestren. Para practicarla, respira profundamente: En lugar de hiperventilar sobre lo que dijiste en esa fiesta de 2017, respira y siente cómo el aire entra y sale de tu cuerpo (fíjate en el movimiento de tu pecho, de tu vientre, o tus fosas nasales). ¡El oxígeno es gratis!. Observa sin juzgar: Si un pensamiento aparece, míralo como quien ve pasar un camión de helados: interesante, pero no necesario en este momento.
  2. Desarrolla una actitud de aceptación: Aceptar que tienes pensamientos locos es el primer paso para dejar de sobrepensar. Después de todo, ¿quién no ha imaginado cómo sería tener una conversación perfecta con su jefe… mientras está en la ducha?- Ejercicio de aceptación: Cuando un pensamiento repetitivo llegue, en lugar de gritarle “¡Vete!”, dile: «Ok, ya te vi, pero ahora estoy ocupado viviendo». Así, como si estuvieras ocupado en una reunión (contigo mismo).
  3. Práctica de enraizamiento (grounding): El enraizamiento es como poner tu cerebro en «modo perrito feliz»: coentrado en el momento presente sin preocuparse por nada más, conectado con tu cuerpo y tu entorno.
    – Siente el suelo bajo tus pies: Recuerda que tienes pies. ¡Sí, ahí abajo! Siente el contacto con el suelo. Increíble, ¿verdad? Ya estás en el presente.
    – Conecta con los cinco sentidos: Usa tus sentidos para sacar a tu cerebro del sobrepensamiento. Observa qué puedes oler, ver, oír, tocar, saborear. Tampoco hace falta que te ppngas a chupar las paredes por la calle, puede bastar con un par de sentidos. Esto te ayudará a calmar el caos mental.
  4. Autoexpresión a través del diálogo: Practica el hablar contigo misma sin miedo a que te tomen por loca. sto te ayudaráa explorar y expresar tus pensamientos y emociones. Habla con tus pensamientos como si fueran personajes de una serie (en realidad, son diferentes partes de ti  misma), pregúntales qué les asusta, qué necesitan y negocia con ellos. Esto puede ayudarte a ver con más claridad tus preocupaciones y liberar tensión acumulada.

¿Cómo integrar estas técnicas en tu vida diaria?

Lo más importante es la práctica constante. Es como el ejercicio: no esperes hacer sentadillas una vez y tener músculos para siempre. Así que:

1. Establece un ritual diario: Dedica unos minutos cada día para practicar el enraizamiento o la conciencia plena. Piensa en ello como si fuera tu dosis diaria de «desintoxicación mental».

2. Sé paciente, compasivo y celebra pequeños avances: Cambiar tus patrones mentales es como intentar cambiar el curso de un río. Toma tiempo, así que date un respiro.

3. Busca ayuda profesional si la necesitas: si el sobrepensamiento se vuelve abrumador y no consigues salir de ese modo de vivir saltando de bucle en bucle, considera ir a terapia. Si quieres que te acompañe yo, será un placer, escríbeme y reserva tu cita.

Conclusión

Dejar de sobrepensar es posible y, aunque lleva tiempo, también puede ser un proceso lleno de descubrimientos. Así que la próxima vez que te encuentres atrapado en un ciclo de pensamientos, respira hondo, ríete un poco de ti misma y practica alguna de estas técnicas.  La vida es demasiado corta para pasarla enredada en tus propios pensamientos. ¡Vive el presente y deja que el futuro se encargue de sí mismo!

 

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