Una buena comunicación es fundamental para una relación de pareja saludable. La manera en que nos comunicamos puede fortalecer o debilitar nuestros vínculos emocionales. A continuación, te cuento algunas estrategias para cultivar una comunicación positiva.

    1. Mantener una actitud positiva

Los desacuerdos y conflictos son inevitables en cualquier relación. E incluso son una oportunidad para conocernos, conocer al otro y crecer individualmente y como pareja. Para ello es fundamental tener presente que las discusiones sirven para comprender con mayor profundidad los sentimientos de cada uno que se activan en esos conflictos y no para ver quién tiene razón de los dos.

    2. Permanecer calmados y buscar el momento adecuado

Es importante elegir un momento en el que no estemos excesivamente activados emocionalmente. A veces, es mejor que se «enfríe» un poco más el conflicto. También buscar un momento en el que no vayamos a tener interrupciones  ni dispongamos de poco tiempo. No es buena idea ponerse a hablar de algo que nos ha generado malestar con los niños por ahí jugando o cuando en media hora tenemos que ir a algún lugar.

    3. Respetar en todo momento al otro

Mientras hablamos de cómo nos sentimos y/o escuchamos cómo se siente la otra persona, puede ser que nuestra emoción comience a desbornarnos y podemos caer en faltar el respeto al otro (alzando la voz, juzgando, contradiciendo, manipulando, etc). Es importante darnos cuenta, parar, respirar y recordar que si lo que queremos es transmitir a nuestro compañer@ cómo nos sentimos, será mucho más fácil que le llegue si le hablamos de manera asertiva. Sino conseguimos hablar de una manera más tranquila, tal vez tenemos que dejar la conversación para otro momento o buscar ayuda para aprender a gestionar nuestras emociones.

4. Hablar de nuestros sentimientos y necesidades responsabilizándonos de ellos, sin atacar o exigir a la otra persona.

Nuestra pareja ha podido hacer o dejado de hacer algo que ha hecho que se active en nosotr@s cierto malestar. Sin embargo, este malestar es responsabilidad nuestra. No es la otra persona quien me hace enfadar (simplemente actúa) sino que soy yo quien, ante esa conducta, me enfado. Esto no quiere decir que permitamos cosas que nos hacen daño, sino que nos responsabilicemos de nuestro bienestar. Se trata de comunicarnos sin atacar o exigir. Es muy diferente decir «tú siempre prefieres estar con tus cosas, no me priorizas, no cuidas la relación, etc». A decir » me gustaría que hiciésemos más cosas juntos, siento que nos estamos alejando, …

Comunicándonos de esta manera es más fácil que se nos escuche y la otra persona no se ponga a la defensiva. Por supuesto, podemos pedir lo que necesitamos y probablemente será más fácil que se tenga en cuenta si lo hacemos sin exigencia. Mientras estamos con la mirada hacia fuera esperando que el otro cambie, quedamos a expensas de ese cambio. Sin embargo, si nos hacemos cargo de nuestro bienestar, podemos decidir qué podemos hacer nosotr@s para resolver ese conflicto o decidir alejarnos.

    5. Escuchar a nuestr@ compañer@ de manera activa

La escucha activa implica prestar atención plena a lo que nuestra pareja está expresando, tanto verbal como no verbalmente. Debemos dejar de lado las distracciones, respetar su turno y abrir la mente para intentar comprender sus sentimientos y necesidades, para intentar ponernos en su lugar y podernos dar cuenta de cómo se ve el problema desde su perspectiva.

    6. Llegar a acuerdos que puedan ser satisfactorios para amb@s

Es fundamental tener claro que lo que queremos es solucionar el conflicto y estar bien como pareja para poder tener en cuenta no sólo nuestras necesidades sino también las del otr@. Así, se trata de buscar soluciones en que los dos nos quedemos content@s, aunque cada persona tenga que ceder en algo.

Una vez  establecido el pacto, debemos comprometernos en cumplir con lo acordado.

7. Practicar el Agradecimiento y la Gratitud

La expresión regular de agradecimiento y gratitud, valorando los esfuerzos y contribuciones del otr@, fortalecerá el vínculo emocional y nos ayudará a querer seguir trabajando para resolver los conflictos que puedan surgir y cuidar de nuestra relación.

En conclusión, la comunicación en la pareja es un proceso dinámico que requiere práctica y compromiso continuo. Comunicándose siguiendo los principios expuestos, las parejas pueden fortalecer su vínculo emocional y cultivar una relación más saludable y satisfactoria.

Si necesitáis ayuda para lograrlo, reservad cita.