Muchas personas desean encontrar una pareja y establecer una relación sólida; sin embargo, cuando aparece una persona con la que esto podría darse, parece que quieran huir y seguir buscando. ¿Qué está ocurriendo?

Cuando uno se decide a iniciar una relación, se aventura en un universo de experiencias novedosas y de complejos sentimientos y emociones.

El miedo a la intimidad puede generar confusión y hacer que la persona empiece a crear y a creerse excusas y argumentos contra la pareja para poder escapar de una relación que inicialmente había buscado.

Cuando surge el miedo a la intimidad, empiezan a crecer las dudas y a buscar “fallos” en la pareja. En cierta forma, la falta de estrategias y de conocimiento sobre uno mismo hace que se busque justificación a la propia inseguridad y temores.

Como no se está preparado para asumir y abordar las carencias que uno tiene, se busca en el otro fallos que alivien el malestar generado y así comprobar que la causa del desconcierto es que la otra persona no es la adecuada. Al final, se buscará romper la relación para recuperar la estabilidad y huir del descontrol.

Este proceso de búsqueda de pareja y rechazo al compromiso se repetirá continuamente con diferentes parejas hasta que la persona asuma que tiene que abordar sus limitaciones. El ciclo se conseguirá romper cuando la persona se sincere consigo misma, afronte sus verdaderas necesidades y se arriesgue al compromiso.

Marta lleva muchos años de terapia personal y sabe que las dudas respecto a la relación de pareja que está comenzando deben ser en realidad miedo al compromiso. En anteriores ocasiones le ha pasado exactamente lo mismo. Cuando ve que hay posibilidades de una relación estable, empieza a buscar fallos y defectos en el otro, a pensar que no es la persona adecuada, que no siente lo que debería sentir, etc.

Sin embargo, a pesar de que intuye que son nuevamente sus miedos haciendo de las suyas, no sabe como hacer frente al problema.

Hoy ha venido a terapia bastante afectada por este tema.

¿Cómo afrontar el miedo al compromiso?

1. Es imprescindible aprender a hacer frente al miedo utilizando nuevas estrategias de afrontamiento, ya que la evitación no resuelve el problema.

Marta esta vez no está cortando con la relación ni dejando que sus intentos de boicotearla para que el ponga fin a la misma fluyan a su aire. En lugar de eso, esta trayendo ese tema a terapia, lo que ya indica cierto nivel de conciencia y de deseo de afrontamiento y de cambio

2. Hay que hacer frente a la situación conociendo y asumiendo qué sucede y por qué sucede.

Me explica que el otro día hablándolo con una amiga se dio cuenta de que en realidad es miedo a ser adulta (ve que esto es lo que hay en el fondo). Pero en la superficie lo único que ve es que no se siente atraída por su pareja y que se fija en algunos “fallos” físicos y de personalidad.

Le propongo trabajar con su parte niña y su parte adulta y acepta gratamente. Coloco dos cojines y la invito a sentarse en uno de ellos donde representará el papel de niña.

Le es fácil ponerse en este lugar. Explica como es esta niña, con sus virtudes y con sus defectos.

Le digo después que se siente en el cojín de enfrente donde representará el papel de la adulta. Sin embargo, ahí aparecen las dificultades. No consigue verse en ese lugar. A pesar de estar sentada en el cojín de la adulta, sigue viéndose en la niña, así que decido que vuelva a esa posición.

Marta se da cuenta de su dificultad y menciona lo que pierde dejando de ser la niña (que la cuiden, no le hagan daño, la ayuden a resolver sus conflictos, en la toma de decisiones,…). Quiere tomar a la adulta pero todavía siente que pierde muchas cosas. Y desde ahí, desde la niña, obviamente, no puede tener una pareja.

Después de haberse dado cuenta de esto y de poder verbalizarlo, la hago ponerse de nuevo en el cojín de la adulta y cerrar los ojos. Parece que ahora sí puede dejarse un poquito en este lugar. Dice sentirse mas fuerte, su posición es mas erguida,…Le pido que abra los ojos después de que yo haya retirado el cojín de la niña. Ella, por una parte, se siente algo aliviada pero, por otro lado, enseguida la busca. Le pido que se deje estar un poco ahí sin la niña y le propongo poner un cojín que represente su pareja en el lugar en el que estaba la niña. Le parece bien. Desde esa posición sí puede sentir atracción por él, verlo de igual a igual, como un hombre (mirado por una mujer).

Cerramos aquí el ejercicio, habiendo dado Marta un pasito más en la superación de su “miedo a crecer”.

3. Desarrollar la autoconfianza

La autoconfianza debe ser un camino que se inicie desde un reconocimiento positivo de las capacidades y dificultades que uno posee. Valorarse más uno mismo fortalecerá la seguridad en las acciones y decisiones que se tomen.

En el fondo del problema de Marta hay una desconfianza en sus propios recursos para sostenerse en la vida: defenderse, resolver problemas, cuidar de si misma (miedos totalmente irracionales ya que es una mujer totalmente independiente). Para vencer su miedo al compromiso sera necesario que aumente la confianza en sí misma.

4. Es importante conocer todos los miedos para sanearlos con nuevos pensamientos más adecuados y ajustados a la realidad

Marta deberá ir haciendo un trabajo con sus miedos, parándose a mirar sus fantasmas para concretar qué teme y poder tener una percepción más realista.

5. Es esencial aprender a expresar los temores y las inseguridades

Saber exteriorizar las preocupaciones ayuda a fomentar una relación de confianza y de mayor conocimiento entre los miembros de la pareja. Al ser consciente de sus miedos, podrá también verbalizarlos y no tanto actuarlos en forma de “boicotear” la relación ya sea distanciándose, provocando peleas, mostrando dudas al otro, etc. Es muy diferente decirle a la otra persona “tengo miedo y necesito ir despacio” a “no se si eres la persona adecuada para mi”.

El miedo es una emoción que aparece cuando se percibe una situación de amenaza y peligro. Entonces se trata de una emoción adaptativa que nos ayuda a sobrevivir. Sin embargo, cuando surge ante experiencias placenteras y que aportan felicidad, estamos ante un miedo irracional que puede causar mucha insatisfacción y frustración si no se intenta afrontar y combatir. Así, si este es tu caso y sientes que necesitas ayuda, no dudes en contactar con un profesional.